Si se desea una vida familiar bien funcionante, es fundamental tener una economía personal sana y fuerte. Si la economía no está en orden, es difícil que las cosas funcionen, lo que puede generar problemas indeseables en la vida familiar.
No es nada fácil tener una buena economía si ya se está bajo presión en términos de liquidez. Si los gastos son demasiado altos, o si se es estudiante, donde hay un límite en lo que se puede ganar, puede ser difícil mantener la vida familiar con la que se sueña.
A continuación, veremos qué eligen hacer muchas familias cuando la economía se vuelve ajustada. Sin embargo, debemos enfatizar de inmediato que no recomendamos en absoluto el pago a plazos ni los préstamos rápidos, que se mencionan aquí. En cambio, queremos hablar de ellos para poder iluminar las problemáticas que pueden surgir si se opta por aprovechar estas opciones.
El pago a plazos no siempre es el camino a seguir
Aunque suena muy bien poder comprar un artículo a plazos, rara vez es tan bueno como se describe. Claro, se permite pagar poco a poco, así que no se necesita tener todo el dinero de inmediato. Sin embargo, hay que recordar que típicamente se pagan tanto tarifas como intereses. Por lo tanto, es una especie de préstamo que se toma.
El pago a plazos para familias con niños puede ser una necesidad. Sin embargo, es importante estar preparado para que el artículo en cuestión termine costando más de lo que originalmente costaba. Esto se debe a las tarifas mencionadas anteriormente y a los posibles intereses. Por lo tanto, ten cuidado al comprar a plazos si no es absolutamente necesario.
Un préstamo rápido no es la solución a tus problemas económicos
En los últimos años, se ha publicitado intensamente sobre los préstamos rápidos. Desde anuncios en autobuses y televisión hasta influencers que hablan positivamente sobre los llamados préstamos rápidos y de consumo. Lo mismo ocurre con estos tipos de préstamos: no se deben tomar bajo ninguna circunstancia si no se es lo suficientemente fuerte económicamente para devolverlos. De lo contrario, puede convertirse en un placer muy caro, del que es difícil salir.
Desafortunadamente, muchas familias terminan en grandes dificultades económicas como resultado de estos préstamos. Se publicitan como la solución a todos los problemas económicos, pero están lejos de serlo. Si no se devuelve el préstamo a tiempo, inmediatamente se acumularán grandes tarifas y gastos de interés sobre el préstamo. De esta manera, el préstamo se vuelve aún más caro de lo que ya se había esperado.
Ahorra dinero de manera continua
Una de las mejores maneras de mejorar tu economía personal es ahorrar. Seguramente tienes algunos gastos en este momento que no son realmente necesarios. Si comienzas a eliminar estos gastos, ya tendrás más dinero disponible.
Si hay algo que deseas comprar ahora, pero no tienes el dinero para ello, te recomendamos que ahorres para ello. Puede parecer un consejo bastante aburrido, y tal vez lo sea. Pero te asegura que no terminas en un ciclo vicioso de tarifas e intereses altos.
Recomendamos hacer una hoja de cálculo donde puedas ingresar continuamente las cantidades que ahorras. Así funcionará como una forma de motivación, para que puedas mantenerte enfocado en ahorrar.
Obtén una visión general de tu economía personal con un presupuesto
Para poder ahorrar dinero de la mejor manera posible, es importante tener una visión clara de tus propias finanzas personales. Sin una visión general, puede ser difícil saber dónde debes ahorrar dinero.
Pero, ¿cómo se obtiene una visión económica? Un presupuesto es la respuesta. Debes asegurarte de elaborar un presupuesto realista del cual puedas partir. Puedes crear fácilmente un presupuesto en una hoja de cálculo como Microsoft Excel o Google Sheets. Este último es una hoja de cálculo gratuita que puedes acceder en línea.
Es importante que tengas control sobre los siguientes números antes de comenzar a hacer tu presupuesto:
- Tu ingreso mensual: Este es el dinero que llega a tu cuenta bancaria cada mes. Puede ser, por ejemplo, salario, subsidios por hijos, ayuda social o becas.
- Tus gastos mensuales fijos: Estos son los gastos que pagas cada mes y cuya cantidad ya conoces. Ejemplos son el alquiler y las suscripciones.
- Tus gastos variables: Este es un poco más complicado. Aquí debes hacer una estimación realista de lo que gastas en, por ejemplo, salidas a la ciudad o visitas a cafeterías. Es mejor que calcules un poco más alto para no sobrestimar tus finanzas personales.
Si tienes los números anteriores, estás listo para elaborar un presupuesto simple. A partir de este presupuesto, podrás ver cuál es tu saldo disponible cada mes. Además, puedes jugar con los números.