Como padres recién estrenados, conocen muy bien cómo se siente estar en constante déficit de sueño. Los seres humanos pasamos por períodos cortos y largos en la vida en los que estamos en déficit de sueño.
Es importante para nuestro bienestar físico y, sobre todo, para nuestra salud mental, que nos aseguramos de obtener suficientes horas de sueño cada noche.
A continuación, puedes leer más sobre las diferentes etapas del sueño, y recibirás buenos consejos para ayudar a tu hijo a dormir mejor por la noche, para que él o ella pueda despertar descansado y fresco para el día siguiente.
Por eso el sueño es fundamental para nuestro bienestar
Si has pasado solo un par de días sin la cantidad óptima de sueño, te darás cuenta de cuánto significa el sueño nocturno. Tienes menos energía para ser físicamente activo, y tu capacidad de concentración se deteriora gradualmente, cuanto más sueño te falta. No solo tú, las horas faltantes en el mundo de los sueños pueden afectar a quienes te rodean.
Tu entorno puede verse afectado por tu cansancio, cuando tienes menos paciencia y cuando tu humor no está al mismo nivel que suele estar.
Cuando dormimos, se digieren y procesan las impresiones y aprendizajes del día. Aunque el cuerpo está en reposo, el cerebro trabaja a alta capacidad. Nos prepara para el día que viene, y nos hace mentalmente aptos para enfrentar todas las tareas que se presentarán tanto en lo privado como en lo profesional.
Conoce las 4 etapas del sueño
El sueño es un proceso que transcurre a través de 4 etapas. Estas se repiten en ciclos, y cada una tiene su propia función. Nuestros cerebros se han adaptado a lo largo de la evolución, y esto significa, entre otras cosas, que las etapas del sueño en los padres de pequeños se utilizan de manera más eficiente, ya que tienen menos horas para dormir.
Cuando despiertas fresco y descansado, has pasado por las 4 etapas varias veces durante la noche. 1 ciclo puede durar entre 90-110 minutos.
Tanto los niños como los adultos atraviesan las 4 etapas. Sin embargo, la duración de cada ciclo varía según la edad.
Etapa 1: sueño ligero (5-10 minutos)
Cuando estás a punto de quedarte dormido, estarás en la primera y más corta etapa. A menudo nos referimos a esta primera etapa ligera como el momento en que estamos 'cabeceando'.
Tu cuerpo se vuelve cada vez más relajado, y tus músculos se relajan.
Es en esta etapa donde muchos de nosotros podemos experimentar pequeños espasmos en el cuerpo. Es un movimiento repentino que puede hacernos despertar por un breve momento, antes de volver a caer en el sueño.
Estos pequeños espasmos ocurren cuando el cuerpo tiene dificultades para controlar la transición de los músculos activados a la relajación total.
Etapa 2: camino hacia el sueño profundo
La etapa 2 es una extensión de la primera etapa de sueño ligero. Durante la etapa 2, tu cuerpo se relajará cada vez más. La mayor diferencia entre la primera y la segunda etapa se observa en la actividad cerebral. En la etapa 1, estás en un estado de conciencia parcial. Reaccionarás a los sonidos en tu entorno y te será fácil despertarte.
En la etapa 2, las ondas cerebrales comienzan a volverse más lentas, y poco a poco soltarás el contacto con tu conciencia.
En promedio, un adulto pasa en la etapa 2 aproximadamente el 50% del total de horas de sueño cada noche. Los niños pasan menos tiempo en esta etapa.
Etapa 3: sueño profundo
Esta etapa es una de las más importantes para el cuerpo, el desarrollo físico y nuestra salud general. Aquí es donde el cuerpo utiliza energía para reconstruir nuevas células, reparar piel y cabello, fortalecer el sistema inmunológico y regular el metabolismo.
En los niños, es en esta etapa donde se producen las hormonas del crecimiento. Por lo tanto, es crucial que obtengan muchas horas de sueño cada noche, para que alcancen esta etapa.
Si te despiertan de esta etapa, puedes experimentar una gran confusión. Puede pasar hasta 30 minutos después de despertar del sueño de estadio 3, donde no eres tú mismo. El cerebro funciona a medio gas, y necesita tiempo para adaptarse a la realidad nuevamente.
Hablar o quedarse dormido ocurrirá en esta etapa.
Etapa 4: Sueño REM
El sueño REM es donde soñamos. REM significa "Movimiento Rápido de los Ojos", que se refiere a que los ojos se mueven detrás de los párpados cerrados. Esto sucede porque el cerebro está extremadamente activo. Procesa las impresiones y sensaciones que hemos recibido a lo largo del día.
Esta etapa es importante para nuestra memoria a largo plazo y nuestra capacidad para almacenar información y aprendizaje. La información se transfiere de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo, para que podamos continuar con nuestro desarrollo y aprendizaje al día siguiente.
Dormimos de manera más superficial en la etapa 4 que en la etapa 3. Por eso, a menudo experimentamos despertarnos en medio de un sueño.
Los niños se desarrollan cada segundo durante sus horas de vigilia. Desarrollan competencias sociales, habilidades motoras, habilidades comunicativas y la capacidad de pensar de manera lógica y abstracta. Esto explica su necesidad de muchas horas de sueño cada noche. Necesitan un largo período en la etapa 4, para que el aprendizaje del día pueda ser almacenado de manera estable y óptima en el cerebro.
Los niños pasan aproximadamente el 50% de su tiempo de sueño en la etapa 4 (para los adultos es el 25%).
Cuántas horas de sueño necesita tu hijo
Los niños necesitan más horas de sueño que los adultos. No hay problema en cuanto al desarrollo del niño si se le permite estar despierto más tiempo en su cumpleaños o en la noche de Navidad.
Debes ajustar la cantidad de sueño de tu hijo según su edad:
- 1-4 semanas: 15-18 horas
- 1-12 meses: 14-15 horas
- 1-3 años: 12-14 horas
- 3-6 años: 10-12 horas
- 7-12 años: 9-11 horas.
Estas son las horas que debes procurar que tu hijo duerma cada día (el número indicado también incluye la siesta).
Hay diferentes maneras de optimizar la calidad del sueño, para que tu hijo duerma más profundamente y por más tiempo.
Cuanto más estable sea el ritmo del sueño, más fácil será para tu hijo quedarse dormido.
Consejos para ayudar a tu hijo a dormir rápido y profundamente
- La cama debe estar diseñada para dormir: Cuando la cama solo se usa para dormir (y no para jugar), el niño asociará el mueble para dormir con el acto de acostarse. Si el niño tiene experiencias de jugar también en la cama, puede crear confusión mental. Asegúrate de que la disposición de la cama con algunos peluches y ropa de cama suave invite a la calma física y la relajación. En Mammashop encontrarás una gran variedad de camas para niños.
- Crea un ambiente interior saludable: Si la habitación está demasiado caliente o el aire es pesado, será difícil para el niño relajarse. Ventila en la habitación del niño todos los días. En verano, puede ser una buena idea hacerlo justo antes de la hora de dormir. La temperatura debe estar entre 15-22 grados.
- Evita actividades antes de dormir: Jugar y hacer juegos activará el cerebro. Establece una buena rutina nocturna con actividades tranquilas como un rompecabezas silencioso, un libro acogedor o música relajante.
- Mantén una buena rutina para acostarse: Si se debe cantar una canción de buenas noches o leer una pequeña historia de buenas noches, depende de la personalidad y deseos del niño. Lo más importante es establecer una buena y recurrente rutina, que el niño encuentre reconfortante y tranquila.
- Recuerda el despertar tranquilo y suave: La mayoría de los padres conocen la importancia de una buena rutina para acostar a los niños. Si ser despertado es una experiencia caótica y confusa para el niño, puede arruinar el sueño nocturno. Asegúrate de tener mañanas tranquilas (ya sea en días laborables o fines de semana). Una buena rutina matutina es tan importante como la buena rutina para acostar.